Tenía las manos rotas y los pies hinchados
Traté de correr a casa pero involuntariamente me detuve
Miré hacia abajo y encontré sangre, tierra, piedras y ropa rota
Traté de llorar pero aún no estaba triste y aún no percibía lo que estaba pasando
Miré de reojo a mi alrededor tratando de encontrar a alguien y no encontré a nadie, absolutamente nadie
Supuse cual era mi norte y empecé a caminar, lenta e inseguramente
Esperando en algún momento caer de espaldas, con la frente en alto, los brazos abiertos y dejar de respirar, sentir, pero aún pensar
O quizá abrir los ojos, gritar y despertar a los demás.
