la palabra conformista es un término muy pesimista

¿Has visto alguna vez un ser que se alegra con las cosas más simples de la vida?
Algunos lo llamarían ser conformista, yo creo que no, esa palabra es muy pesimista. Y bueno ... sí he visto como alguien disfruta cada mañana, cada noche, cada atardecer y anochecer, cada momento del día, cada segundo, cada respiro y cada latido. No es difícil, él no lo hace ver difícil. Lo admiro, lo envidio, lo trato de imitar y me doy cuenta que sí cuesta. Quizás es naturaleza de cada uno, algunos nacen buscando cosas inalcanzables, viven en una nube rodeada de sueños. Otros simplemente disfrutan lo que tienen a su alcance.

¿Te has puesto a pensar por qué los pájaros cantan cuando sale el sol?

Estaba solo, con un segundo menos de esperanza, con la vista perdida y el alma rota.
Me podías ver y pensabas que yo era un loco, que te quería robar, que pensaba en hacerte daño, pero la verdad es que no tenía ánimos de lidiar con las personas, apenas podía conmigo mismo.
Aquel episodio de mi vida fue un terremoto grado 15, y si lo pienso bien, debería felicitarme. Nunca tiré la toalla, siempre me quedó algún pequeño gramo de optimismo y esperanza, nunca opté por el camino más fácil ...
Me acuerdo que estaba nublado, pero hacía calor. Sin motivo alguno - o quizás lo había y yo no lo sabía - habían más personas en la calle que de costumbre, y yo estaba parado en la mitad de la calle, pensando - como de costumbre - en qué cosa haría hoy. La gente me pasaba a llevar y yo no decía nada y no miraba a nadie, pero sí podía escuchar los insultos que me llegaban por segundo.
Los colores de aquél día eran maravillosos, contrastaban con mi ánimo. Después de varios minutos parado solo, visualicé una banca y me senté. Esperé, mucho rato, esperé muchas cosas; esperaba una cara amable, esperaba un corazón dispuesto a amar, esperaba por alguna pelea absurda y esperaba por tener ánimos de levantarme y caminar hacia algún lugar en específico. No tenía idea en qué instante de mi vida lo había perdido todo. Yo solía ser feliz y decidido.
Y bueno, después de tanto esperar, se acercaron unas personas y me ofrecieron un cigarro, traté de sonreír y lo acepté. Se marcharon tan rápido como pudieron mientras yo encendía mi cigarro. Tenía un sabor impresionantemente extraño, nuevo, tentador. Después de algunos minutos empecé a recordar un millón de sucesos, de sentimientos e incluso gestos que de alguna manera me marcaron. Esto era nuevo y gratificante. Podía ver a los sujetos mientras se alejaban, cada vez los veía más distorsionados y diferentes, y apenas mi supuesto cigarro se acabó, corrí detrás de ellos pidiéndoles más. Les compré 3 más y pregunté que era todo eso, me respondieron muchas cosas, muchos nombres, procesos, etc. No entendí nada, pero sabía que algo bueno y legal no podía ser.
No tenía idea en qué mundo me estaba metiendo, pero era maravilloso. De alguna u otra forma tenía menos preocupaciones que antes. Empecé a tomar esto como un nuevo hobby, le comenté a un conocido de esta cosa nueva que había probado y me dijo dónde podía conseguir más.
Y así fue como fui olvidándome de todo, empecé a dejar a todo y todos de lado. Me volví individualista y me cegué.
No tenía amigos pero si me quedaba familia, ya casi no los veía, y si les hablaba era para pedirles dinero. Faltaba a mi trabajo y mis estudios me volvían loco asique los dejé.
Nadie sospechaba nada hasta que se dieron cuenta que había congelado mis estudios, que faltaba a todas las reuniones familiares, tenía deudas enormes, ya nadie encontraba mi mirada y todos habían olvidado la sonrisa de mi rostro.
Tuve una apariencia hostil, era desagradable y quería morir. Pensaba en el por qué de todo y el no encontrar una respuesta me desesperaba, me sentía inútil y abandonado, no entendía por qué ya nadie hablaba conmigo, mis primos que solían ser algo así como amigos me ignoraban, sabían lo que me pasaba y aún así me ignoraban. Mis ojos pedían ayuda a gritos, quería abandonar aquello, pero yo ya no podía controlarme.
Una mañana calurosa de Febrero mi madre llena de lágrimas en los ojos me fue a visitar. No me quedaban muebles y cuando abrías la puerta se podía ver una niebla espesa, un olor asqueroso proveniente de mí y de cada rincón. Yo estaba tirado en el piso, bebiendo, fumando y llorando. Se me acercó, me abrazó, me besó y me dijo: "no sé cómo no pude verlo antes, soy tu madre y debería saberlo todo, en cierto modo siento que te fallé, estoy aquí para poder verte salir adelante, yo sé que quieres y puedes, mírame y dime que me estás escuchando, dime que estás feliz de verme, dime que quieres cambiar, que estoy dispuesta a todo ...". La miré, sonreí - o hice un esfuerzo - y le sequé las lágrimas, puse mis manos en sus hombros y rompí en un llanto infantil, le pedí disculpas, la abracé y le dije que la amaba.
En ese momento sentí ira conmigo mismo, por haber dañado a la persona más importante de mi vida, sentí vergüenza y estaba más decidido que nunca ...
Comencé a ir a un centro de rehabilitación y eso fue lo peor. Habían muchas caras inhumanas, llenas de odio, de rencor. Pero también habían caras esperanzadoras, humildes y de auto superación.
No supe cómo, pero me ayudaron.
En poco tiempo me sentí vivo de nuevo, comencé a sonreírle a todo, especialmente a mí mismo. Retomé muchas cosas que había dejado en pausa... y escuché a los pájaros cantar, me sorprendió lo simple y hermoso que es y me sorprende como mucha gente no los siente.
Me juré que no lo volvería a hacer y así ha sido. Soy una persona nueva y no me arrepiento de nada. Soy un fiel creyente del destino y demostré que puedo seguir adelante.

cambió

... y me sonríe, después de mucho tiempo me vuelve a sonreír, me abre su corazón, me acoge y confía. Controlo cada palabra que sale de mi boca, controlo cada emoción y acción, me encanta esto; es como empezar de nuevo.

Y me percaté de como cambió, yo tenía razón, no fue sólo cosa mía. Poner de su parte verdaderamente nos hace funcionar. Y de verdad que algo tan irrelevante pudo hacer esto, al fin y al cabo en esta vida nos regimos por detalles, de esos que uno nunca espera. De esos que aparecen y nos hacen cambiar de opinión, de sentir, de muchas cosas.

nameless

... Y es golpeado de frente por uno más fuerte que no sabe hablar
Se levanta, casi muerto, pero se levanta, y pierde un poco más de esperanza.
Retiene su ira, duerme y vuelve a empezar
Y todos los días lo mismo
¿Será que espera una revolución? ¿Será que siente pavor? O simplemente queda atónito con el tipo de gente con las que tiene que tratar
Está solo, acomplejado, desesperanzado y acumulado
No sabe llorar, y nunca aprenderá
El sólo trataba de encajar, mas nunca nadie lo quiso escuchar
Un amigo le hace falta, pero como van las cosas siente que nunca llegará
La soledad lo acompaña, acoge, acepta, lo ve sufrir, lo ve perseverar y luego fracasar
Pobre hombre ¿qué habrá hecho mal?
Nunca nadie supo su nombre, y nunca nadie lo sabrá.

uno siempre vuelve

Cuando yo te dé la señal, saltas a través de la reja y te escapas, lo más lejos posible, lo más seguro posible.
Después de 2 horas te llamaré para saber cómo estás, si no me contestas sabré que estás camino a la felicidad, si me contestas es porque algo pasó, es porque sigues cerca, infeliz.
Cuando estés bien acomodado no te olvides de arreglar un espacio para mí, que yo no te dejo solo nunca, eh.
Y por favor que no se te olvide marcar el camino de vuelta, si en caso de emergencia la perfección nos aburre, podamos volver a nuestra rutina de mierda.